La lectura comienza a cualquier edad.
Se lee comprendiendo.
La escritura no formal como principio de la escritura, comprendiendo lo que se escribe.
Una de las creencias e inquietudes que tuve siempre desde que comencé a estudiar Educación, era la necesidad de que los niños aprendieran a leer y escribir de forma comprensiva. Siempre creí que era posible, pero el método hasta ahora conocido y utilizado, es inadecuado.
La experiencia que tuve durante mis estudios de educación me hicieron darme cuenta que lo libros que se utilizaban para el aprendizaje eran los mismos que yo había utilizado hacía más de 60 años (Coquito, Angelito, Mi jardín…). Esta inquietud fue creciendo y comencé a investigar en el mercado Venezolano y en el mercado Colombiano al que tuve acceso y descubrí, que los libros de lectura casi no habían evolucionado, encontré sólo uno diferente, cuya variación era el orden en que estaba organizado el abecedario, en el transcurso del libro.
Todos coincidían en que la forma de aprender a leer era el método silábico. Esto implica, memorizar y luego utilizar las sílabas aprendidas e incorporarlas en oraciones sin sentido, en algunas ocasiones. Cuando esas mismas sílabas y oraciones, aparecen en otro formato de letra o en otro libro, ya no se puede leer, a pesar de que dice lo mismo.
En todos, las oraciones que se forman con las sílabas, no tienen ningún sentido para los niños, no significan nada para ellos, por ende sólo utilizando la memoria, son aprendidas. Cuando preguntabas:
¿qué significan para ti?, ¿entendiste lo que leíste?, solo repetían la oración memorizada. En conclusión; no comprendo nada y no me importa lo que dice, lo que demuestra que; “la letra entra con sangre”? como decía mi abuela. En su época se utilizaban las regletas o las palmetas para aprender a leer, siempre ha estado presente la memorización.
En el transcurrir del tiempo descubrí, que el interés por la lectura y por todo lo que dice comienza desde muy temprano, los niños comienzan a relacionar lo que ven, especialmente las marcas de lo que comen, de lo que usan y lo relacionan con las vallas publicitarias, nombres de lugares a los que van con frecuencia, publicidad de TV, por ejemplo y adquieren rápidamente la información de acuerdo con el interés. (Ejemplo: que el niño no reconoce la “M” de su comida favorita o la “Z” de “Zucaritas” del cereal que come).
En la Universidad (UNIMET), nos enseñaron la existencia de diferentes (métodos) modelos de aprendizaje de lectura-escritura, sin que nos indicaran la forma de llevarlo a cabo.
Tuve mi encuentro en el año 79 con el libro: “Cómo enseñar a leer a su Bebé” de Doman, que me ratifica que estoy en la línea correcta.
Así que a partir del primer día de apertura del Preescolar Taller Infantil 1-2-3 en 1979 comencé con el desarrollo de mi propio método, utilizando algunos de los principios de la fórmula Doman. Sistema que permitió que niños con Dislexia, niños con déficit de atención y concentración, niños con discapacidad, niños de todas las edades aprendieran a leer y escribir con éxito. Permitió además que todos los niños a pesar de no tener la edad que les correspondía (6/7 años) leían de forma fluida y comprendían lo leído, leían en cualquier texto, en cualquier libro y en cualquier tipo de letra. Pasaron las pruebas de admisión para Primer Grado con facilidad, en todos los colegios, incluso pruebas más complejas, en las que se exigía comprensión lectora y velocidad de lectura, copia y dictado, logrando resultados superiores a lo esperado.